Desde el 13 de febrero hasta el viernes 15, Milton Suranjit y Amanda Placid de la ONG de Comercio Justo están visitando España dando a conocer su proyecto. Durante una rueda de prensa con los medios en la Coordinadora de Comercio Justo pudieron explicar todo el desarrollo de su cooperativa desde 1973, el año en el que nacieron como un proyecto de Caritas. Despues de 45 años se mostraron convencidos de que los resultados son "totalmente tangibles".
En el caso de CORR Jute Works, se trata de una organización que agrupa a 2.000 pequeñas cooperativas de artesanos de las poblaciones más marginales del país. Gracias al comercio justo en la segunda generación ya se ven los cambios, los padres pueden llevar a sus hijos a las escuelas al conseguir una mejor educación se da un ascenso social, sus hijos e hijas pueden llegar a ser profesores universitarios, médicos...
La labor de la organización consiste en formar a hombres y, principalmente, a mujeres (el 97% de los trabajadores), mujeres rurales con discapacidades y tambien colectivo indigenas dentro de los 31 distritos mas marginalizados en BanglaDesh que ahora mismo suelen ser los del Norte y los del Sur, ya que debido al cambio climatico en el sur se dan muchas inundaciones y salinización del agua y en el Norte sequias y cambios en las estaciones del monzón. Los indígenas bengalíes representan el 30% del total de la población, pese a lo cual "son prácticamente invisibles en la sociedad.
Una vez que empiezan a trabajar para la organización, se les da formación para que puedan fabricar sus productos y obtener un rédito justo por su trabajo. No obstante, Suranjit destaca continuamente que la formación que reciben no se limita a prepararles para trabajar "sino también para que conozcan sus derechos y responsabilidades" y "puedan disfrutarlos". Paralelamente, han creado un sistema financiero de microcréditos para que los trabajadores puedan comprar gallinas o crear un negocio para obtener ingresos adicionales y complementar su economia y alimentación.
Hoy en dia, en el caso de las mujeres, al poder aportar dinero a la familias, pueden hablar y tomar decisiones, cuando antes no se les permitía. Y cuando puedes hablar puedes tener derechos, esto es lo que significa empoderamiento. Se ve la diferencia entre las aldeas en las que hay Comercio Justo y en las que no, en que las mujeres tienen voz y se convierten en modelos a seguir dentro de su comunidad".
Las cooperativas trabajan principalmente el Jute, un material fibroso natural con el que elaboran cestas, bolsas y otros elementos, aunque según los representantes de la organización se está ampliando el catálogo de productos para favorecer el crecimiento del sector del Comercio Justo en el país e incrementar la exportación. Del total de su producción, el 60% logra colocarse en el mercado de comercio justo en Bangladesh o en otros países.
De los productos de Yute que fabrican, un 10% del precio de los productos va al desarrollo del grupo productor, un 10% al transporte y gastos de oficina, y un 5% a la cobertura de riesgo, según han explicado. Otro 25% corresponde a gastos de gestión y exportación y el resto son gastos de materiales y manufactura. Además, la organización de cooperativas reinvierte parte de los beneficios en la comunidad para impulsar la educación en las zonas más pobres, de forma que durante los últimos años han invertido 20.000 euros en educación en las comunidades indígenas. Entre las iniciativas que se llevan a cabo en el país por parte de estas organizaciones figura también la asistencia sanitaria a los trabajadores, la prevención y lucha contra incendios en las fábricas textiles y la promoción del Comercio Justo a nivel político, mediático y social para promover que "la justicia llegue también a los intercambios comerciales".
2018ko otsailaren 16
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