Este próximo 8 de marzo las organizaciones de Comercio Justo nos sumamos a las reivindicaciones y celebraciones por el Día Internacional de la Mujer.
En este 8 de marzo de 2021, reivindicamos que las desigualdades entre hombres y mujeres siguen siendo una realidad en todos los países del mundo. Las consecuencias económicas y sociales de la pandemia han agudizado y pueden agudizar aún más esta situación si no se adoptan medidas.
A finales de 2020, Naciones Unidas ya alertaba de que la pandemia ha llevado a la pobreza extrema a 47 millones de mujeres y niñas. En total habrá 435 millones de mujeres y niñas viviendo en extrema pobreza y no se volverá a los niveles previos a la pandemia hasta 2030. Según las estimaciones de la ONU, las consecuencias serán más graves en África subsahariana -donde viven tres de cada cinco mujeres en situación de pobreza-, y también en América Latina y Asia.
En Asia meridional, para 2030 Naciones Unidas estima que por cada 100 hombres de 25 a 34 años que viven en la pobreza en Asia meridional, habrá 129 mujeres pobres, en comparación con las 118 estimadas para 2021.
Estos obstáculos se unen a los que ya existían antes de la COVID-19, que frenan el desarrollo social, humano y económico de las mujeres así como su participación y liderazgo.
A pesar de que se produjeron algunos avances, ningún país ha logrado la igualdad de género. Algunos datos lo confirman: por ejemplo, en el ámbito político y de toma de decisiones, los hombres constituyen el 75 % de los parlamentarios y ocupan el 73 % de los puestos directivos
En el trabajo remunerado, menos de dos tercios de las mujeres (62 %) de entre 25 y 54 años de edad forman parte de la población activa, frente a más de nueve de cada diez (93 %) hombres. Las mujeres ganan 77 céntimos por cada dólar que ganan los hombres realizando las mismas tareas.
En el trabajo de cuidados y doméstico, las mujeres continúan asumiendo la mayor parte de estas tareas en todos los países del mundo.
Sin embargo, un reciente estudio del PNUD confirma que determinadas medidas políticas pueden ayudar a paliar esta situación: Más de 100 millones de mujeres y niñas pueden escapar de la pobreza si los gobiernos implementan una estrategia que permita el acceso de las mujeres a salarios justos e igualitarios, y otras medidas como el acceso a la educación de niñas y mujeres y a la planificación familiar.
«Invertir en reducir la desigualdad de género no solo es inteligente y asequible, sino también una elección urgente que los gobiernos pueden hacer para revertir el impacto de la pandemia en la reducción de la pobreza», asegura el administrador del PNUD.
Pero, además, en este 8 de marzo las organizaciones de Comercio Justo queremos mostrar que es posible y necesario avanzar hacia la igualdad.
El principio número 6 del Comercio Justo se refiere a la igualdad de género. Todas las organizaciones de Comercio Justo deben cumplir una serie de medidas concretas:
Además, muchas organizaciones de Comercio Justo desarrollan medidas complementarias: prestaciones específicas, fomento de la educación de las hijas e hijos (becas, escuelas, transporte…), talleres sobre igualdad y derechos de las mujeres, iniciativas para evitar la violencia de género, etc.
202eko martzoaren 3
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