El 8 de marzo se celebra el Dia Internacional de la Mujer y a pesar de los avances la pobreza sigue teniendo rostro femenino. El 70% de las personas que viven
en pobreza extrema son mujeres. Las mujeres tienen un papel fundamental en la alimentación de la humanidad. Producen entre el 60-80% de la comida
mundial y representan, en promedio, el 43 % de la fuerza laboral agrícola en los países empobrecidos (desde el 20 % en América Latina hasta el 50 % en Asia oriental y África subsahariana). “La mejor ayuda para las mujeres es pagar su trabajo dignamente” Bibiane Tuina, organización Le Gafreh, Burkina Faso Sin embargo, tienen menos acceso a los recursos productivos como la tierra, los insumos, la información, los créditos y la asistencia técnica, provocando así la “brecha de género” en la agricultura.
En el sector de la artesanía trabajan muchas mujeres que se encuentran con las mismas dificultades para ejercer y, que sean reconocidos, sus derechos laborales,
sociales, culturales y políticos. La desigualdad de género sigue siendo un obstáculo importante para el desarrollo humano a nivel mundial. El comercio justo
se dedica a promover la equidad entre hombres y mujeres permitiendo el acceso a la toma de decisiones, a los recursos y a la formación. Los procesos que se generan
favorecen el fortalecimiento de las mujeres en sus hogares, en sus comunidades y en la sociedad en general. “Ahora trabajamos hombres y mujeres como iguales” Campesina, Fundación MCCH, Ecuador El comercio justo trabaja para que en las organizaciones no haya discriminación por razones de sexo o estado civil, por no tolerar
comportamientos sexistas o de explotación y por respetar los derechos laborales de las trabajadoras (permisos de maternidad, seguridad social, afiliación a sindicatos…).